2021
RECUERDOS DE VIAJE
Soy un viajero curioso y me gusta conocer cada país o ciudad a la que visito, siempre tratando de descubrir los aspectos más escondidos o inusuales. Sin embargo, me ha pasado que un solo lugar, ya sea una calle, una plaza o un monumento, totalmente me atrape totalmente, aunque sea banal o turístico. Por mas fotos que tome, será una sola imagen que me ha atrapado para representar la ciudad o el lugar junto con la sensación emocional que siento y que puedo representar con un color. Quizás este proceso me ayuda mi peculiar forma de observar y ver: al no tener campo de visión, estoy entrenado para enfocar mi atención en un solo elemento, dejando que el resto quede difuminado y, en el caso de mis obras, absorbido por un color que mejor representa el sentimiento transmitido en ese momento en particular. De ste modo, para mí, Lisboa es el saudagi - el azul de Prusia; Tibet la espiritualidad acogedora - el rojo tibetano; Berlín el daño - el negro; Sevilla la luz intensa - el amarillo ocre y Budapest el sueño - el azul claro del Danubio que transmite un vals para dos.
2021
NOSTALGHIA
En mi vida situaciones de fuerte impacto emocional, sean buenas o malas, me privan por un momento o para siempre de la memoria visual y lo que queda es una imagen impresa en negativo donde reconozco la situación o el lugar sin poder ponerlo claramente enfocado: es como si los colores se disolvieran y la imagen quedara en su negativo absorbida por un solo color que mejor la representa. Nostalghia quiere ser la representación sincera de cómo recuerdo ciertos lugares o situaciones, la tristeza que te envuelve cuando los recuerdos son borrosos y vagos y vives en la niebla de tu pasado y de tu presente pero también el intento de crear algo bello y especial en esta forma de ver y recordar tan distinta de la normalidad.
2016 / 2017
LA NÁUSEA
Vivimos en una época caracterizada por el mito del hacer, por un optimismo absoluto generado por la evolución científica y tecnológica que abre nuevos horizontes de vida al ser humano, cada vez más ocupado a extender la esperanza de vida, asegurar su descendencia o simplemente a crear en las redes sociales relaciones virtuales globales mediante la proyección de la propia imagen, falsificada por cirugía plástica o simplemente por photoshop. Conscientes de que el bienestar no procura la felicidad, los habitantes de los países desarrollados aún prueban nuevas y más refinadas alternativas de "hacer" que glorifican su imagen y hacen olvidar lo más rápido posible su identidad. En la euforia colectiva que caracteriza a este nuevo “renacimiento”, donde a todos se les permitiría alcanzar la notoriedad, único fin real de la existencia, el pensamiento, se considera completamente superfluo y quizás casi contraproducente, territorio de anarquistas y derrotistas. Esta era del aperitivo, en la que la vida aparece innecesariamente llena sin que lo que la llena sea capaz de darle sentido y plenitud crea una especie de malestar que me recuerda muy de cerca a la náusea descrita por Sartre. El sentimiento de aburrimiento o, más precisamente, de melancolía que acompaña a la experimentación de una saciedad insatisfactoria conduce a un estado de inquietud y de vértigo, a una tristeza aparentemente irrazonable donde el inquietante vuelve a colocar al hombre frente a sí mismo con respecto a una existencia de falsificación y… voilà la nausée. A mas de ochenta años después de la publicación de la novela, no es de extrañar que Las náuseas haya caído en el olvido en la actualidad; al introducir la enfermedad de la incoherencia en una visión de la vida que hoy, como en los años treinta, se basa en el concepto de coherencia y racionalidad, la escritura de Sartre revela la actitud de mala fe del hombre moderno, enfatizando lo que queremos ocultar a cualquier precio: el lado patológico de la "normalidad". Fragmentos de papel que contienen frases transcritas, casi por casualidad y sin nexo de causalidad, de la novela, flotan en el aire de nuestra era y no se pueden recoger ni borrar.
“…esta mañana, a las ocho y cuarto, saliendo del hotel Printania para ir a la biblioteca, quise recoger un papel que se arrastraba por el suelo y no pude. Está todo aquí, y ni siquiera es un evento. Sí, pero, a decir verdad, me impresionó profundamente: pensé que ya no era libre".
2013
NEGRO SOBRE NEGRO